jueves, abril 20, 2006

Oliver Stone y los sesentas(última parte)

Aunque The Doors es efectiva contando la historia de Morrison hasta su trágica muerte en Paris con apenas 27 años, no es una película grandiosa. Lo que pasa es que es una de esas películas indispensables para mi generación... al menos eso creo.
A mi juicio, la mejor película de Stone es JFK de 1991. Es un desafío a la historia oficial y un reto a seguir investigando el que quizás fué el crimen del siglo. Cada aspecto de la producción es manejado con absoluto virtuosismo. El uso de distintos tipos de cinta y formato, y la vertiginosa edición, le dan al filme una inmediatez que dejó marca en mi mente, al tiempo que exponía cada retazo de evidencia no descubierta en soporte a la teoría conspirativa. Su estructura es similar a la de la cinta Z de Costa-Gavras. JFK es un thriller político eléctrico y absorbente hasta el último minuto, es cine maravilloso y complejo.
La trilogía de Vietnam cierra con Entre el cielo y la tierra, y esta vez los hechos son narrados desde el punto de vista de una vietnamita que sufre en carne propia los efectos del conflicto. La manera en que esta campesina budista es pisoteada, explotada, violada y engañada es sin duda una representación del mismo Vietnam, lo que Stone lleva a cabo sólo satisfactoriamente. Es una película que cansa.
Su última entrada a esta época caótica es la biográfica Nixon . Es el relato del surgimiento del personaje hasta su deposición como resultado de su papel en el escándalo del caso Watergate. Me sorprendió lo empático que fué Stone en su tratamiento del ex-presidente y la profunda comprensión que muestra en cuanto al carácter y los motivos del hombre. Yo esperaba una masacre.
Estas seis películas completan el fresco con que Oliver Stone ilustra esta época en los EEUU, una década marcada por el cambio, la violencia y el trauma de la fallida intervención en Vietnam.
Ningún otro director ha sido tan ambicioso en ese sentido, en su deseo de entender mejor lo que es su pais.
Más allá de lo acertado o errado que pueda estar en su lectura de la historia, sólo me queda apreciar el genio cinemátográfico, la brillantez que nos ha llegado a mostrar muchas veces... Por supuesto, después de ver Alexander uno se tiene que preguntar cuánto cine le queda al hombre por dentro. Pero debo ser justo y decir que la última palabra sobre el legado de Oliver Stone al cine aún está por escribirse.

1 comentario:

comando yumas dijo...

juel compi!! muy bien resumido lo oliver stone. la verdad que este tio, en vez de hablar en el bar como hacemos todos, hace pelis. para eso hace falta pasta y el genio que el tiene. la verdad es que como dicen las traducciones de las peliculas americanas es un jodido grano en el culo (o peor en las posaderas...aisbenditas traducciones! ) de los politicos americanos. Junto con michael moore, of course.

lo dicho. muy buen análisis amigo