martes, abril 18, 2006

Oliver Stone y los sesentas(2da parte)

El primer intento de Stone como director es La Mano, una muy mala película de horror con Michael Caine. Es a partir de su segunda cinta, Salvador, que Stone encuentra lo que será su fuerte temático, el drama histórico. Esta obra es una sólida crítica hacia el papel de la administración Reagan en América Central. Es el cuento de un país entero sacrificado por el bienestar de una sociedad de lujo hedonista.
A partir de aquí, armado con una serie de guiones cercanos a su corazón, Stone empieza a contar su versión particular de los EEUU y los sesentas. Se levanta como la antítesis de esa generación de directores gringos de finales de los ochenta con barba, gorra de beisból y habano en la boca. Con sus trajes y su elegancia casual, despeinado y de discurso reposado y reflexivo, Stone parece más un intelectual francés.
En 1986 Pelotón lo hace surgir como uno de los autores principales del último cuarto de siglo. La cinta refleja la creciente experiencia de Chris Taylor, el inocente protagonista, a lo largo de 4 misiones de combate. Examinando las varias vidas y actitudes de los soldados, comprendemos el porqué EEUU se involucró en Vietnam. Es el perfecto antídoto para el patriotismo inconsciente de películas de la era Reagan tales como Top Gun y la serie de Rambo. Fué un clásico instantáneo, un taquillazo que ganó Oscares por mejor película, dirección, edición y sonido.
En 1988 arranca la filmación de Nacido el 4 de Julio, la segunda entrega de su trilogía sobre Vietnam. Es la historia verídica de Ron Kovic, un soldado con un ardiente patriotismo quien, al ser herido en batalla, termina paralizado del pecho hacia abajo. Se muestra con gráfica intensidad su intento traumático de reincorporarse a una sociedad que lo maneja como un desecho. El material viene de un sitio tan profundo del corazón herido de Kovic que por momentos se hace casi insoportable. Tom Cruise está bestial aquí, y el resultado es hermoso y devastador a la vez. Me pareció toda una joyita del cine.
The Doors es otro viaje a los sesentas. Una mirada a la vida de Jim Morrison como un agudo caso de estudio acerca de sus ruinosos excesos y un análisis de su obsesión con el misticismo y la muerte.

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