martes, abril 25, 2006

Simpatía por las Maracas

Esta es una historia verídica. Apareció en El Nacional hace unos 15 años. Espero no omitir muchos detalles.
Todo comienza en los llanos venezolanos en 1966. Era una época de agitación a nivel mundial, pero la vida en el Apure rural permanecía básicamente igual. Lo resaltante de ese año fué una marcada escasez de trabajo que había venido creciendo desde el año anterior. El desempleo se sintió mucho en el pueblo de Cunaviche, hogar de Jaime Martínez, un peón amante del joropo y poseedor de una maestría innata para tocar las maracas.
A mitad de año Jaime fué despedido de la hacienda en donde trabajaba regularmente. Sin poder encontrar empleo en Cunaviche, Jaime aceptó el ofrecimiento de un primo para trabajar como obrero en Puerto La Cruz, cargando y descargando mercancía de los barcos que llegaban a la marina. El objeto más preciado que llevó consigo al partir fueron sus maracas.
Jaime tenía 23 años en ese entonces, y siempre había sido una persona de espíritu aventurero. Nada lo ataba, ya que sus padres habían muerto años antes y no tenía hermanos o novia. Fué así que llegó a tomar una desición que lo cambiaría todo.
Después de trabajar algunos meses en el puerto a cambio de un sueldo mísero, un buen día Jaime se fué como polizón en un barco que iba a Europa. Llevaba algo de comida, tres mudas de ropa y sus maracas. A mitad de viaje fué descubierto, pero la tripulación lo ayudó y le dió algo de comida que él pagaba con trabajo.
Un par de semanas después Jaime desembarcó en un Londres invernal, sin saber más de dos palabras en inglés. Pasó días de hambre y frío, arrepentido de su intempestiva desición, pero de algún modo sobrevivió. Dormía en parques, barría callejones de restaurantes a cambio de algunas sobras y a veces tocaba las maracas por unas monedas.
Una noche, en medio de una nevada que lo forzó a salir de la calle en busca de refugio, Jaime logró entrar en un viejo teatro y se ocultó en un polvoriento ático lleno de muebles viejos, atriles e instrumentos rotos. Convirtió ese sitio en su hogar, pensándolo abandonado. Por dos semanas nadie entró al recinto.
Ocurrió que una noche Jaime se despertó por un escándalo, un sonido de estática, una batería y voces que discutían a gritos. Una música empezó a sonar, algo que Jaime nunca había escuchado y que no podía poner siquiera en palabras. Sentía la vibración en el piso, las paredes y después en su pecho y su cabeza. Era Rock & Roll. Eran los Rolling Stones ensayando el material que eventualmente se transformaría en el álbum Beggar´s Banquet. La canción que sonaba era Simpathy for the devil.
Jaime estaba un poco alucinado. No podía entender lo que oía, pero la música era demasiado rítmica, era una vaina casi primitiva. Le provocaba bailar, aplaudir al ritmo de la canción. En un acto reflejo, buscó las maracas y comenzó a tocar acompañando la canción. La acústica del teatro llevaba el sonido de las maracas hasta el escenario. Un Mick Jagger enfurecido paró una y otra vez el ensayo hasta que todos se dieron cuenta de que el sonido extraño venía del ático.
Dos asistentes subieron y se encontraron con un asustado Jaime, lo convencieron de bajar hasta el escenario con las maracas. Keith Richards y Bill Wyman sabían algo de español, así que Jaime pudo hacerse entender un poco. Obviamente el hombre era un indigente en situación ilegal y sin manera alguna de regresar a su país.
El más impresionado del clan era Jagger. Estaba fascinado con las maracas y le pidió a Jaime que las tocaras una y otra vez. Así fué que este hombre llanero entró en la historia del Rock. Jagger y Richards sentían que a Simpathy for the devil le faltaba algo y que habían encontrado en las maracas la pieza faltante.
La banda le dió a Jaime techo, comida y ropa. Después fué llevado al estudio de grabación, y las maracas que oímos en la introducción de Simpathy son tocadas por él. En los créditos del álbum se le dió una versión inglesa de su nombre : James Martins.
Un mes después de esa noche en el teatro, Jaime Martínez estaba camino a Venezuela, a su pueblo, Cunaviche. Los Stones arreglaron los detalles de su vuelta y le dieron una buena cantidad de dinero, suficiente como para que Jaime pudiera buscar una casa propia y montar su negocio.
Las maracas se convirtieron en uno de los instrumentos preferidos de Jagger, quien aprendió a tocarlas de Jaime.
Bueno, ese es el cuento.
Ahora, la próxima vez que escuchen Simpathy for the devil pueden recordar con orgullo que esas maracas que suenan las toca un venezolano... un llanero.

lunes, abril 24, 2006

Lorenzo Sucre: El Nóbel Venezolano (1909-1996).

Recientemente se han cumplido 10 años de la muerte de Lorenzo Sucre, el más grande escritor que haya dado este país y el único venezolano ganador del premio Nóbel de literatura. Dada la ocasión, y por ser uno de mis autores preferidos, he querido hacer un breve repaso en torno a su obra y vida.
Siempre me llamó la atención el que su muerte fuera una especie de no-evento, dado lo grande de sus logros. Creo que a sus 87 años Sucre se había transformado en una reliquia viva que apenas recordaba el porqué de su fama, viviendo su última década en medio de la jungla y sin participación alguna en el mundo.
De alguna forma ya estaba muerto. Todos nos habíamos quedado con la imágen legendaria que forjó al principio de su carrera...¡ y vaya imágen era ésta!. En mi mente lo veía así: Si en la literatura latinoamericana García Márquez simbolizaba para mí lo humano, Sábato lo demoníaco y Borges lo metafísico; entonces Sucre era lo divino, ni más ni menos. En lo que a mí respecta, él estaba fuera de este mundo y por eso fué capaz de crear en sus libros una representación tan desconcertántemente cierta de éste.
El conjunto de su obra se puede tomar como un catálogo de la humanidad, el más verídico testimonio de lo que fué el hombre en el siglo XX. Sucre trataba con una autoridad incuestionable todas las cuestiones que se decidía a abordar en sus libros; y no hay dos que se sitúen en escenarios similares. Su fuerte temático es el mundo entero, no hay limitaciones. Su lista de temas es interminable: El fin del Caudillismo y la muerte de Gómez, el asesinato en serie, Haití en la época de los Duvalier, la corrupción de la Iglesia Católica venezolana, la depresión, el juicio de un ministro argentino, la toma china del Tíbet, el mundillo del jazz latino, el Sida en Brasil, un romance situado en los llanos, la esquizofrenia de un niño...en fin, son temas que llegan a ser muy dispares, llenos de personajes que son de una variedad asombrosa.
Milán Kundera dijo una vez que:" ...desde el primer momento se hace obvio. De los escritores de ficción, Lorenzo Sucre es el que posee una mayor comprensión de lo que es el hombre(...) es el más hábil observador de la naturaleza humana...".
Fué el más brillante narrador de historias que yo pueda recordar, y como los más grandes, era claro que desde la primera línea él sabía hacia donde iba. Aunque fué un novelista que jamás escribió un cuento corto, a menudo se le comparó con los grandes de este género: Chejóv, Maupassant o Quiroga. Pienso que era por la total claridad de su voz; la voz de un creador, un dios que observa desde arriba el desenvolvimiento de un mundo y unos seres que son el fruto de su mente. Esa voz que lo sabe todo es un rasgo que compartió con los grandes cuentistas.
Ese punto de vista separado y omnisciente se explica perfectamente en un comentario contenido en una de las muchas cartas que Sucre dirigió a Jacques Lacan, el psicoanalista francés que sería uno de sus más grandes amigos. Sucre afirma:"...los novelistas deben desechar o apartarse en lo posible de los excesos neuróticos, deben ser fríamente analíticos y desconectados...".
Este estilo tan suyo hizo que los críticos apuntaran en ocasión a su fríaldad, pero su genialidad bastaba y sobraba para que cualquier lector se olvidara rápidamente de esto. Basta con remitirnos a Los dioses desconocidos o Conjeturas, dos novelas que le cambiaron la cara a la literatura venezolana de los años treinta.
Como buen cinéfilo, no puedo evitar el ver cierto paralelo entre la obra de Sucre y la de Stanley Kubrick. Al director también se le criticó su distanciamiento emocional, pero al igual que con Sucre, sus creaciones son triunfos absolutos de estética, estilo y forma. En mi mente es imposible acusar de frialdad a manifestaciones artísticas tan hermosas como las de estos autores.
Vale la pena resaltar el hecho de que Sucre, más que cualquier otro escritor sudamericano, revolucionó la escritura en todo el mundo. Sobre todo al publicar en 1947 su seminal libro Un sendero en la selva . Sucre había estado viviendo desde 1945 en una apartada casa en las cercanías de Esmeralda, en el estado Amazonas, en plena selva y a unos pocos kilómetros del río Orinoco. Al igual que Huxley, Sucre experimentó con algunos alucinógenos muy potentes. Como resultado, el libro fué escrito con una técnica nunca antes vista, un antecedete directo del cut up ampliamente usado por William Bourroughs, quien posteriormente se declararía muchas veces como su ferviente seguidor. Un sendero en la selva es una carta de amor al Amazonas, una viñeta impresionista hecha con palabras. Es su obra más particular entre todas las demás.
Sucre recibió el Nóbel en 1979, después de haber publicado 24 novelas. Lo asombroso es que lo recibiera antes de la aparición de la que sería su mejor creación, La imágen sobre el velo, de 1985. Es el retrato más fiel que se haya hecho de la Venezuela de finales de siglo, probando ser escalofriantemente profético al anunciar el cambio de régimen y las convulsiones que atravesaría el país a finales de los noventas.
Sucre huyó siempre de la atención del público, pero su encierro total se materializó en 1987, después de la trágica muerte de su hijo Abraham. Las circunstancias del hecho nunca fueron del todo aclaradas, pero la versión más aceptada es que Sucre le disparó accidentalmente a la cabeza mientras limpiaba su escopeta. A partir de aquí su vida se oscureció. Permaneció en la casa de Esmeralda sumido en la depresión y el trabajo de una novela que parecía interminable. Su contacto con el mundo era virtualmente nulo.
El final llegó en abril de 1996, un domingo de resurrección. Esa mañana Sucre completó el manuscrito de su última novela, El país sin descubrir, y lo colocó en un sobre para ser enviado a su editor. Almorzó, dió un paseo por la selva y se sentó a orillas del Orinoco para contemplarlo por un largo rato. Volvió a su casa al caer de la tarde. Tomó su escopeta, la misma que le había quitado la vida a su hijo, y se puso el cañón en la boca antes de halar del gatillo. Dejaba una desconcertante nota con dos líneas: "Ya terminé todo. Ahora debo irme de viaje".
Cuando leemos El país sin descubrir es que los eventos adquieren perfecto sentido; el país sin descubrir no es otra cosa más que la muerte. Ese es el destino de Sucre en su último viaje.

jueves, abril 20, 2006

Oliver Stone y los sesentas(última parte)

Aunque The Doors es efectiva contando la historia de Morrison hasta su trágica muerte en Paris con apenas 27 años, no es una película grandiosa. Lo que pasa es que es una de esas películas indispensables para mi generación... al menos eso creo.
A mi juicio, la mejor película de Stone es JFK de 1991. Es un desafío a la historia oficial y un reto a seguir investigando el que quizás fué el crimen del siglo. Cada aspecto de la producción es manejado con absoluto virtuosismo. El uso de distintos tipos de cinta y formato, y la vertiginosa edición, le dan al filme una inmediatez que dejó marca en mi mente, al tiempo que exponía cada retazo de evidencia no descubierta en soporte a la teoría conspirativa. Su estructura es similar a la de la cinta Z de Costa-Gavras. JFK es un thriller político eléctrico y absorbente hasta el último minuto, es cine maravilloso y complejo.
La trilogía de Vietnam cierra con Entre el cielo y la tierra, y esta vez los hechos son narrados desde el punto de vista de una vietnamita que sufre en carne propia los efectos del conflicto. La manera en que esta campesina budista es pisoteada, explotada, violada y engañada es sin duda una representación del mismo Vietnam, lo que Stone lleva a cabo sólo satisfactoriamente. Es una película que cansa.
Su última entrada a esta época caótica es la biográfica Nixon . Es el relato del surgimiento del personaje hasta su deposición como resultado de su papel en el escándalo del caso Watergate. Me sorprendió lo empático que fué Stone en su tratamiento del ex-presidente y la profunda comprensión que muestra en cuanto al carácter y los motivos del hombre. Yo esperaba una masacre.
Estas seis películas completan el fresco con que Oliver Stone ilustra esta época en los EEUU, una década marcada por el cambio, la violencia y el trauma de la fallida intervención en Vietnam.
Ningún otro director ha sido tan ambicioso en ese sentido, en su deseo de entender mejor lo que es su pais.
Más allá de lo acertado o errado que pueda estar en su lectura de la historia, sólo me queda apreciar el genio cinemátográfico, la brillantez que nos ha llegado a mostrar muchas veces... Por supuesto, después de ver Alexander uno se tiene que preguntar cuánto cine le queda al hombre por dentro. Pero debo ser justo y decir que la última palabra sobre el legado de Oliver Stone al cine aún está por escribirse.

Algunas Cifras Interesantes

3= Número de muertes por ataques de tiburón en los EEUU durante el 2005.
14= Número de personas muertas al ser aplastadas por máquinas expendedoras de refrescos o golosinas en EEUU durante el 2005.
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98,9%= Porcentaje de palabras del diccionario Webster registradas como nombres de dominios web.
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38%= Porcentaje de infectados con VIH de la población adulta de Botswana, África. Es la tasa más alta del mundo.
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99,3%= Tasa promedio de similitud entre los mapas genéticos o genómas de dos seres humanos cualquieras.
99,3%= Tasa de similitud entre el genoma de un ser humano cualquiera y un chimpancé.
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28%= Porcentaje de la población humana que no goza de acceso al agua potable (1850 millones).
1,3%= Porcentaje del agua del planeta que es apta para el consumo humano.

martes, abril 18, 2006

Oliver Stone y los sesentas(2da parte)

El primer intento de Stone como director es La Mano, una muy mala película de horror con Michael Caine. Es a partir de su segunda cinta, Salvador, que Stone encuentra lo que será su fuerte temático, el drama histórico. Esta obra es una sólida crítica hacia el papel de la administración Reagan en América Central. Es el cuento de un país entero sacrificado por el bienestar de una sociedad de lujo hedonista.
A partir de aquí, armado con una serie de guiones cercanos a su corazón, Stone empieza a contar su versión particular de los EEUU y los sesentas. Se levanta como la antítesis de esa generación de directores gringos de finales de los ochenta con barba, gorra de beisból y habano en la boca. Con sus trajes y su elegancia casual, despeinado y de discurso reposado y reflexivo, Stone parece más un intelectual francés.
En 1986 Pelotón lo hace surgir como uno de los autores principales del último cuarto de siglo. La cinta refleja la creciente experiencia de Chris Taylor, el inocente protagonista, a lo largo de 4 misiones de combate. Examinando las varias vidas y actitudes de los soldados, comprendemos el porqué EEUU se involucró en Vietnam. Es el perfecto antídoto para el patriotismo inconsciente de películas de la era Reagan tales como Top Gun y la serie de Rambo. Fué un clásico instantáneo, un taquillazo que ganó Oscares por mejor película, dirección, edición y sonido.
En 1988 arranca la filmación de Nacido el 4 de Julio, la segunda entrega de su trilogía sobre Vietnam. Es la historia verídica de Ron Kovic, un soldado con un ardiente patriotismo quien, al ser herido en batalla, termina paralizado del pecho hacia abajo. Se muestra con gráfica intensidad su intento traumático de reincorporarse a una sociedad que lo maneja como un desecho. El material viene de un sitio tan profundo del corazón herido de Kovic que por momentos se hace casi insoportable. Tom Cruise está bestial aquí, y el resultado es hermoso y devastador a la vez. Me pareció toda una joyita del cine.
The Doors es otro viaje a los sesentas. Una mirada a la vida de Jim Morrison como un agudo caso de estudio acerca de sus ruinosos excesos y un análisis de su obsesión con el misticismo y la muerte.

lunes, abril 10, 2006

Oliver Stone y los sesentas (1era parte)

Aunque suene un poco desagradable, Hollywood es una industria, y lo que produce es entretenimiento para las grandes masas. La mayor parte de la producción de los grandes estudios puede muy difícilmente ser llamado "arte". Aquí los guiones se aprueban si repiten tramas que hayan probado ser comercialmente exitosas en el pasado. Es por eso que vemos como nunca antes una cornucopia de secuelas, "remakes" de cintas viejas; adaptaciones de series de TV, comiquitas y novelas gráficas, además de guiones basados en novelas populares o clásicas. Por supuesto, a mí me gustó X men 2 ; Batman Begins me pareció la mejor versión que se ha hecho sobre el personaje y quedé encantado con que hicieran una adaptación tan soberbia de un material tan adorado por mí como El Señor de los Anillos de Tolkien ...pero la tendencia está allí y nos dice algo muy evidente.
Esto es el sìntoma de una bancarrota artística, la muy notable ausencia de material original. Mi tema es Oliver Stone, pero comienzo por aquí porque es en circunstancias como estas que los verdaderos autores se hacen grandes, tal como él lo hizo alrededor de los 90's...se atreven a hacer las cosas de un modo distinto. Stone hizo las cosas a su manera y se convirtió en una de las fuerzas creativas individuales más poderosas de la industria, un peso pesado en la misma categoria que un Scorsese o un Spielberg.
Stone es como la ópera, o lo odias o lo amas, con él no hay mediatintas. Dentro del público conocedor del cine, la mención de su nombre hace que el ser más racional se vuelva irracional al atacarlo. Por otro lado hay un número creciente de adherentes leales a su trabajo. Creo que la hostilidad que provoca es señal de su éxito como autor y de cómo ha tomado los temas y la ética de la prensa "underground" de finales de los 60's y los ha mercadeado masivamente a través de la pantalla.
Ha creado su versión alternativa de la historia de los EEUU, una versión que simultáneamente atrae y repele a dos sectores de la población con magnitudes similares.
Nacido en 1946, de un padre judío y una madre católica francesa, Stone fué criado como protestante en Manhattan y Connecticut. Sus antecedentes son arquetípicamente americanos en el sentido de que no son americanos, lo que probablemente contribuyó a formar ese punto de vista angular y oblicuo tan particularmente suyo acerca de los EEUU, el punto de vista de un extranjero.

Stone entró y salió de Yale tras sólo cursar un año de estudios. Trabajó en Saigón por 6 meses, y al volver intentó sin resultados publicar una novela sobre sus experiencias como maestro de inglés. Se sintió destrozado.
En el 67 se enrola en el ejército. Llega a Vietnam y los siguientes 15 meses se convierten en su ilíada, el material que después se transformará en Pelotón .
Vuelve a su país para pasar una década de miserias en Nueva York al tiempo que estudia cine en NYU(allí recibe clases de Martin Scorsese, entre otros). Escribe una docena de guiones que no llegan a concretarse. Se mantiene manejando un taxi y atendiendo una fotocopiadora.
En el 76, un productor impresionado por su guión de Pelotón, le encarga la adaptación de la novela Expreso de Medianoche y en el 79 recibe el Oscar por su genial trabajo al hacerla.
Desde su regreso de Vietnam, Stone había estado consumiendo grandes variedades y cantidades de drogas. En 1981 decide parar e irse a vivir a Paris. Allí escribe para Brian de Palma el guión de CaraCortada como su particular adiós a las drogas.


viernes, abril 07, 2006

El Discurso Histérico

Esta construcción está hecha de extractos del artículo Muerte y resurrección de la histérica . Lo publicó M.E. Brousse, una analista de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) en junio del 2002. He aquí lo que más resonó en mi cabeza...
¿Qué es la histérica?... podemos saberlo sólo si la seguimos hacia donde ella nos conduce. El nudo está en el acto de seguirla, su esencia puede ser capturada sólo allí.
Su discurso nos hace saber que la herida que la histérica experimenta por la privación fálica jamás será aliviada por el obtenerlo ni por la satisfacción que el portador(del falo) pueda brindarle. Al contrario, abrirá más la herida al recordarle el origen de esta. A partir de aquí podemos ver como la histeria puede simbolizar a la más elemental o primordial insatisfacción... su solución es radical: por un lado elige el deseo con la insatisfacción, y por otro niega la posibilidad de la felicidad en la obtención del falo, optando por dejarle el objeto a otra mujer... así nos muestra la que es su verdad: el juego del deseo está basado en la exclusión fálica.
Todo discurso se sostiene sólo por una posición de goce, el discurso histérico está ordenado y sostenido por el goce específico de la falta.
El avance de Freud con la histeria se quiebra con la pregunta ¿Qué quiere una mujer? . La histérica responde: Un amo sobre quién reinar. Pero, lo que quiere ¿es lo que desea?. Cierto, ella quiere un amo y un padre ideal, pero lo que desea es develar la impotencia del amo para poner al saber en posición de verdad. Al mismo tiempo muestra al goce femenino como el goce de verse privada por la madre, la Otra mujer , y por eso tiende a situar a una entre ella y su objeto. El único partenaire a la medida de la histérica es el analista, quien, porque no es un amo, escapa a sus designios.
La histérica no espera del tratamiento analítico ni la obtención del falo ni cualquier especie de cura sobre la envidia del pene, no necesita un análisis para esto, le basta con su imaginación. Lo que resulta del tratamiento analítico para ella, es poder dejar la enunciación toda mujer, para llegar a advenir como una mujer. Lidiar con todas las situaciones que se le presentan sin tener que encarnar a todas las mujeres para su objeto, siendo sólo una mujer.
A la histeria le cuesta conservar su lugar como sujeto al enfrentarse a la constitución del Otro... es un sujeto abierto a la sugestión de las palabras.

El Continuo Espacio-Tiempo

Esta es una cuestión que me encanta revisitar de tanto en tanto. Me pone las cosas en perspectiva inmediatamente. Por supuesto que sé que la mayoría de ustedes debe saber, al menos vagamente, acerca de estos datos. Sin embargo, publico esto porque, de la misma manera en que creo que toda persona que haya vivido en el trópico debe leer 100 Años de Soledad , yo creo que TODO el mundo debería ser expuesto a esta información al menos una vez en su vida.
Son los fundamentos, el abc de nuestra realidad...el marco de nuestras vidas.
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Debo comenzar con la velocidad de la luz, que es igual a 300,000 Kilómetros por Segundo, es decir, un rayo de luz viajando en el vacío recorre 300,000 kms a lo largo de un segundo.
1 Minuto-luz= 18,000,000 de kms (300,000 kms x 60 seg).
1 Hora-luz= 1,080,000,000 de kms (1,08 millardos de kms).
1 Año-luz= 8,860,800,000,000 de kms (8,86 billones de kms).
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El Sol está a 8 minutos-luz de la tierra (144 millones de kms).
Plutón es el planeta del sistema solar que está más lejos, y está a 5 horas-luz de distancia.
En nuestra galaxia, la Vía Láctea, hay 400,000,000,000 (400 millardos) de estrellas como el Sol, cada una con su propio sistema planetario girando a su alrededor.
El ancho de la Vía Láctea es de 90,000 años-luz.
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Se calcula que en todo el universo hay aproximadamente otras 100 mil millones de galaxias como la nuestra.
La galaxia más cercana es Andrómeda, a 2 millones de años-luz de distancia.
Según los últimos datos, la extensión del universo es de unos 20 mil millones de años-luz.
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Bueno, eso es lo esencial...es de ese tamaño.
Las magnitudes son increíbles... las distancias son casi inconcebibles.
Me vuela la mente la idea de estar viendo el pasado al ver las estrellas, que esa imágen ha viajado por el espacio decenas de miles de años antes de llegar a mi retina... que quizás eso que veo ya no está allí. ¡Es una locura!. Chequeen el último capítulo de El mundo de Sofía de Jostein Gaarder... allí explica las cosas muy simple y bellamente.

lunes, abril 03, 2006

Una Introducción

La primera entrada... Les explico entonces de qué se trata.
Amo las palabras, disfruto la escritura y me encanta ilustrar mis impresiones y puntos de vista a través de la letra.
Quiero darles mi versión... elaborar en torno a mis obsesiones y a los temas que me resultan más apasionantes; los libros, el cine, la historia, el análisis, el fútbol, en fin...
Esto es un testimonio de mi época, mi mente y mi lugar en el mundo.
Es una simple opinión, un comentario.
Por favor, denle rienda suelta a los suyos... escriban sin miedo, quiero leerlos.